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Sábado, 27 de Marzo de 2010 11:16

Fallece Vaquero Turcios autor del mural del Paraninfo de Rabanales

G.C. - C.M.
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La semana pasada falleció en Santander el arquitecto, pintor, escultor, académico y profesor Joaquin Vaquero Turcios, autor del mural que preside la entrada del Paraninfo del campus de Rabanales. Nacido en Madrid en 1933 era hijo del arquitecto asturiano Joaquín Vaquero Palacios y de la sobrina del poeta Rubén Darío, Rosa Turcios Darío. Y precisamente como arquitecto se formó en Roma, capital en la que vivió 17 años y en la que desarrolló su especial pasión por las artes clásicas, algo que, junto su amor por la Naturaleza, impregnó gran parte de su trabajo, una trayectoria creativa que está marcada por la ausencia de reglas y una mirada sin fronteras. Su preparación multidisciplinar le facilitó el trasvase de sus conocimientos a todos los campos.

Su obra está en gran parte ligada a espacios públicos como la plaza de Colón en Madrid, para la que realizó el grupo escultórico que evoca el descubrimiento de América o la plaza de Cataluña en Barcelona, para la que esculpió el monumento dedicado a Albert Maciá. También realizó una intensa labor como muralista. A los 22 años pintó con su padre los famosos murales de la central de Grandas de Salime en Asturias y, justamente después, los murales de la Universidad de Córdoba, del pabellón español en la Feria de Nueva Cork, el aeropuerto de Palma de Mallorca o el edificio de la Unión y el Fénix en Madrid.

Sus obras están en los principales museos del mundo, el Reina Sofía y la Fundación Juan March, en Madrid, el centro Pompidou en París, el Museo del Vaticano o el de Arte Moderno de Locarno entre otros. Durante sus últimos años había impartido docencia en la Real Academia de San Fernando y con anterioridad en la Facultad de Bellas Artes de la Complutense, donde enseñaba a sus alumnos todas las técnicas, desde las más clásicas a las más heterodoxas. En su poder estaban galardones como la medalla de oro de la Bienal de Salzburgo (1957), la medalla del Senado de la República Italiana (1959) o el primer premio de pintura de la Bienal de París (1963).

Sin embargo, tanto por sus raíces paternas como por la extraordinaria vinculación que en todo momento mantuvo con Asturias, Vaquero Turcios siempre tuvo la consideración de asturiano. En el Principado pueden contemplarse ejemplos de prácticamente todas las manifestaciones de su polifacética personalidad. Entre ellas el emblemático cuélebre (serpiente gigante de la mitología asturiana) amarillo que emerge del lateral de la autopista entre Gijón, Oviedo y Avilés, los ya citados murales de Grandas, los del Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo o los de las oficinas del Insalud. Precisamente en Asturias podrá verse su obra póstuma, actualmente en vías de ejecución, un diseño rompedor e impresionante de la fachada con la que se culminará la reforma del estadio de El Molinón, el más antiguo de todos los de la primera división española, donde disputa sus encuentros el Real Sporting de Gijón.