Page 20 - Enriquecimiento ambiental en refugios y albergues para gatos (Felis silvestris catus)
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Además, se ha demostrado que los gatos necesitan el estímulo social y el contacto con sus congéneres o con humanos desde edades muy tempranas para desarrollar un comportamiento social normal y poder tener una convivencia doméstica. Tener momentos diarios programados de contacto con los gatos de menos de ocho semanas en el refugio es imprescindible para asegurar su adoptabilidad, favoreciendo su socialización con humanos (Rochlitz, 2005).
En el caso de gatos adultos no deja de tener importancia este contacto. Amplia variedad de estudios (Lowe y Bradshaw, 2001; Vitale Shreve et al., 2017) demuestra que los gatos confinados calificados de carácter “amistoso” hacia las personas, prefieren el contacto humano a los juguetes u otros enriquecimientos. 15 minutos al día de interacción social puede reducir la incidencia de trastornos respiratorios, aumentando el nivel de IgA y reducir el nivel de estrés (Gourkow, Hamon y Phillips, 2014), además de asegurar que los gatos no se vuelven desconfiados o asustadizos hacia las personas en el período de tiempo que pasen en el refugio.
Por otro lado, según afirma un estudio de 2017 de Arhant y Troxler, la relación del personal del refugio con los gatos, la frecuencia de provisión de comida y de agua (directamente proporcional), puede influir positivamente en la actitud de los gatos hacia las personas y su confianza hacia desconocidos posibles adoptantes, además de resultar en una valoración más positiva de los animales y de su propio trabajo por parte del personal.
Enriquecimiento Ambiental Físico
Puede implicar alterar el tamaño o la complejidad de la vivienda del animal o la adición de accesorios al recinto tales como objetos, sustrato o estructuras permanentes.
El gato presenta multitud de requerimientos en el espacio que habita para no caer en el aburrimiento y el estrés. Son animales que gustan de tener disponibles diferentes alturas y escondites para sentirse de alguna manera protegidos y alejados de la situación cuando no les es favorable (Carlstead et al., 1993). La provisión de cajas que puedan hacer de escondite ha demostrado aportar a los gatos un mejor control de su ambiente y una más rápida adaptación al entorno nuevo de un refugio comparada con aquellos animales a los que no se les aporta este recurso, medida en base a las Cat-Stress-Scores de Kessler y Turner (Vinke, Godijn y Leij, 2014), así como en base al cortisol urinario en un estudio de Carlstead et al. (1993).
Lejos de lo que se pueda pensar, añadir escondites, no hace al gato más tímido y propenso a utilizarlos, de manera que pierda en sociabilidad, sino que le brinda la oportunidad de tener su espacio mientras que con un ambiente bien manejado preferirá salir y socializar antes que recurrir a utilizarlo (Loberg y Lundmark, 2016). Las alturas han demostrado ser preferiblemente presentadas en cantidad que en
Esteban Toscano, Menor-Campos
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